Mundo imposible

El otro día soñé que despertaba en un mundo paralelo, en el que las personas tienen buen corazón, pero solo unas pocas eran malvadas. No había problemas: ni hambre en el mundo, ni pobreza, ni una sola lágrima de tristeza era derramada de los ojos de un niño inocente. Los malvados eran encerrados, los políticos pensaban en la gente y todo el mundo era feliz. Había bosques con animales libres y la humanidad estaba lo suficientemente avanzada como para pensar en los demás, en no hacer las cosas solo para su propio provecho. Cuando desperté, deseé que todo se cumpliera, pero ya nada podía hacer. El sueño se había esfumado, para dirigirse a la cabeza de otro ser humano y sembrarle en la mente falsas esperanzas.